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El Mendigo


Vivíamos en San Diego, California de extensa playas y gran turismo. Hace poco, había regresado de hacer un Post Grado en Harvard. Me recibí en marketing donde conocí a Horacio y nos enamoramos.

Ahora, los domingos siempre acompañando a mi mamá, a las misas en la iglesia, es preciosa. Llena de vitrales de colores con imágenes del nacimiento de Jesús.

Había pasado ya dos años fuera, y cómo extrañaba mi país y a mi familia.

A la salida de la Iglesia había siempre varios mendigos, uno, todo harapiento, se le acercó a mi mamá. Miré sus sandalias rotas, se tapaba con un poncho y la cabeza cubierta, no se le veía ni la cara. En las manos tenía un limosnero, mi mamá le dio la limosna y así sucesivamente fueron varios domingos.

Un día, mi mamá al darle la limosna al mendigo, se le cayó al piso la moneda, y al recogerla, le miré sus manos, eran enormes. Pero sin ningún rasguño.

Ya a la salida de la Iglesia, me quedé pensando quien sería ese hombre. ¡Que curiosidad la mía!

Al siguiente domingo, pasó lo mismo y yo seguí muy intrigada por lo que decidí saciar mi curiosidad:

-Mamá, me voy donde mi amiga Regina.

-Esta bien, pero no tardes.

-Si mamá, no demoraré.

Empecé a perseguir a este extraño personaje. Pero el paso de un camión me hizo perder su rastro.

Decepcionada, regresé a la casa,- sería hasta el otro domingo-.

Pero … ¿ Por qué tanto interés de conocer a esta hombre? ¡Qué atrevimiento el mío!

Y llegó el esperado domingo así que con un pretexto similar me escabullí:

- Mamá, tengo que darle un recado a Regina.

-Pero acuérdate, que te llamará Horacio. Regresa pronto. Tienes que estar acá.

-Claro que sí, no demoraré.

Empecé a perseguir a este hombre, seguí su rastro con mayor certidumbre que la vez anterior, pasé unas casas, pero como si aquél mendigo supiera que lo perseguía, detrás de una columna… ¡desapareció! Intrigada y ya sin mucho afán, a punto de darme por vencida, me asomé por la ventana de una pequeña cabaña. Una corazonada o tal vez mi deseo de que aquella fuera su casa, o ese lugar me indicara alguna pista (ya que no encontraba ninguna explicación lógica para su “desvanecimiento”). Entré a aquél lugar como atraída por un imán, mis pasos eran los de una autómata natural. Parecía que ese lugar estaba abandonado como si no hubiera nadie. Así, di algunos pasos sobre el polvoriento cemento raso; sólo había una cama maltrecha, y un mueble enorme tapado con un mantel. ¿¡Que raro!? Pensé y eso me hizo salir de aquel trance. Caí en la cuenta de mi atrevimiento y salí corriendo despavorida.

Llegué rápido a la casa, y casi sin aliento cuando ya se escuchaba el timbre del teléfono.

-Aló. ¿Cómo estás amor?

-Muy bien te extraño.

-Pronto estaremos juntos.

-¡Cuídate mucho!

Nuevamente sumergida en mis pensamientos caís en la cuenta de Homero, mi prometido, era atractivo y soberbio, pero así lo quería. Las campanadas del reloj me sacaron de la reflexión. Eran las 12 del día…. Y con tanta inquietud me dispuse a rezar para encontrar un poco de paz, sin embargo, había sucedido algo muy extraño, no encontraba mi rosario.

-¿Mamá, mamá no has visto mi rosario?

-Debe estar en tu mesita de noche.

- No, no está

Volví a naufragar en mis pensamientos: -¿Pero cómo se me ha perdido? Miraré en el traje que me puse el domingo pasado. Metí la mano en los bolsillos, y en uno encontré un pequeño agujero. Por ahí se me debe haber caído. Lo quería mucho, me lo trajo mi tía cuando fue a Roma. Para mi era, como una joya.

Un poco decepcionada seguí con mi ajetreada semana e inconscientemente anhelando la llegada del domingo, que por fin llegó. Alerta fui nuevamente a misa con mi madre, a la salida como siempre mi mamá puso la limosna al mendigo. En eso llegaron a saludar unos amigos. Aprovechando la coyuntura, él se acercó un poco y al sentir su mano que buscaba la mía sentí una corriente eléctrica por todo el cuerpo, que se detuvo cuando me percaté de que dejaba un objeto indescifrable. Sólo lo apreté, hasta llegar a la casa.

Al abrir mi mano, me di con la sorpresa. ¡Que era mi rosario! Como cascada embonaron algunos cabos sueltos y otros me dejaron aún más inquieta: ¡Ajá! Lo perdí en la casa del mendigo. Pero ¿cómo supo que era mío? ¿Se dio cuenta que lo perseguía?

Al domingo siguiente, lo fui a perseguir nuevamente, inundada en mis pensamientos entre la lógica y el misterio concluía: ¿Es un ser concreto? ¿Real? Si. Pero cómo se puede esfumar, y esas manos, cuando al doblar la esquina lo vi casi de frente y sacó su limosnero dando todo el dinero a los demás mendigos. Pero… ¿Cómo? ¿Él no lo necesitaba? ¿Quién era entonces este hombre? ¿Por qué tanta mendicidad? Y queriendo y no, mi madre me ubicaba en el espacio y tiempo que prácticamente había olvidado pues ya estaba cerca el día para mi pedida de novia, sería dentro de 15 días.

MI madre revoloteaba preparando la recepción para 400 personas. Horacio venía con sus papás. ¡Me querían mucho! Y mi madre no paraba de repetir:

-Horacio, es un gran hombre, serás muy feliz.

-Claro que si mamá.

-Es hora ya que vueles, te espera un mundo, que tienes que aprender a afrontar: Alegrías, tristezas, dificultades. Pero cuando hay amor, se soluciona, cualquier percance.

-¡Ay mamá, me asustas!

-Pero es natural, la vida no todo es perfecto. O otros como dicen, color de rosa.

-Por eso el amor, no debe dejar nunca de existir.

El domingo con mi terquedad, me fui a perseguir nuevamente a este hombre. Pero esta vez al llegar, detrás de la columna, sentí un jalón de brazo.

¡ Era el mendigo!

¿Que haces aquí? ¿ Que quieres ponerme en peligro?

No, solo curiosidad. ¿ Quien eres?

Ahora no te lo puedo decir. Más adelante, pero no soy lo que tu crees.¡ Un ladrón!

Pero, quiero ayudarlo.

¡Déjeme ver su rostro!

No, todavía no.

Me llamo Stephany Oldort.

Ya lo sé. Se todo lo de la comunidad y sus nombres. Ya he hablado mucho, váyase y no vuelva. Nadie debe saber que me vio. ¿Entendió?

¡Si por supuesto!

Adiós, me olvido algo… Dígame su nombre.

¡Rubén!

Me fui, más que confundida. Pero a mi que me importaba este hombre. Porque siempre quise saber quien era. Y ahora por una simple curiosidad, se me ha hecho un laberinto. Pero ya basta, esto se terminó. Ya no vendré. Es problema suyo, que lo pueda resolver. Este episodio terminó, me dedicaré ahora a mi pedida.

Una semana, y no he vuelto a ir a la costurera, para probarme el traje de mi pedida de novia. Sonia mi costurera, era excepcional, cosía maravilloso.

¡Pero si está lindo! Dijo Stephany. Y ese detalle con cintas a la cintura con dos flores de rosa y celeste. Ha quedado tan coqueta, me encantó. ¡Gracias!

Lucirás más bella que nunca.

Solo faltaban unos días, para este acontecimiento.

Buffet, músicos, fotógrafos. ¡Que trabajo!

¡Llegó Horacio!

¡Hola linda como siempre!

Hola amor.

¿Y todo ya está listo?

Sí. ¿Y tus papás?

En el hotel. Están tan entusiasmados.

¡Que bueno!

¿ Y no me das un beso?

Te veo nerviosa.

Es natural. Las novias siempre nos ponemos así.

Sabes, que ha venido el gran pianista vienés : Kross Olson.

Si, pero no lo conozco.

¡Será en el teatro Charton!

Me gustaría escucharlo.

Sabes, recién después de tiempo, comprobaron que era inocente.

Pero..¿ Que le pasó?

Le acusaron de un accidente, que atropelló a una persona y falleció, lo peor que era su amigo.

Pobre, lo que debe haber sufrido.

Debe tocar muy bien, veo todas las localidades agotadas.

De decoración, solo al centro un bello piano, negro brillante.

Ingresando el pianista, sonaron los aplausos. Era un hombre altísimo, súper guapo se le veía muy varonil.

Unas manos con una extraordinaria sensibilidad. ¡Una noche mágica! Parecía que las teclas las hiciera volar. Nunca antes había escuchado algo así.

Me está sonando el celular… Aló, aló…

Si Charlie, mañana a las 10am.

¡Horacio, otra vez me dejas con tus juegos de golf!

No te pongas celosa, sabes que es mi hobby. Después te llevaré a almorzar al lugar que a ti te guste.

Es que yo quería estar contigo. Me iré entonces con mis amigas al cine.

Sabes, me han llamado para trabajar en el hotel Persing, en el área de Marketing, estoy feliz es lo que me gusta.

Te felicito. Vamos a felicitar al pianista, en el hall darán el vino de honor.

No, para qué, me muero de hambre.

Pobrecita.¿ A donde quieres ir?

Me provoca una pizza.

¡Está bien!

Llegó el día de la pedida de mano. La decoración muy bella, en un gran jardín, unas palmeras llenas de cocos y frutales, parecía un paraíso escondido de plantas tropicales, y una piscina llena de rosas y velas.

La pedida fue muy ceremoniosa, los papás del novio, pidiéndole la mano.

Horacio le dio un bello anillo de brillantes.

Y se les acercó un señor, pero si era nada menos que el pianista. Acercándose, se dirigió a Horacio : ¡Gracias por su invitación!

De nada.

¡No sé como agradecerle!

No sé como va a tomar mi atrevimiento, si nos tocara una pieza.

Será un honor.

Le presento a mi novia.

Encantado, mucho gusto es un placer. La felicito.

Me puse a saludar a los demás invitados. Pero yo sentía al pianista, su mirada donde fuera.

Tenía un atractivo tan interesante, un rostro que demostraba sufrimiento y soledad. Sus ojos de color verde, como el de las hojas. ¡Eran simplemente bellos! Refugiándose en la música que tanto amaba.

Pero ahora ya no tendría ningún impedimento. Ese gozo, lo haría traslucir a plenitud y ser inmensamente feliz.

Ya casi al final de la fiesta…

Kross se acercó al piano, pero antes, buscaría a la novia para dedicársela, no la encontraba, hasta que la vio en el jardín, sentada en una banca.

Señorita : ¿Qué hace aquí en esta soledad? Hoy en este día tan importante para usted.

No sé. Vi la luna tan bella y radiante en todo su esplendor, tan blanca y transparente, que casi veo a mis tantos seres queridos.

Disculpe es usted, fuera de su belleza, con un alma tan pura que merece ser amada. Feliz el hombre que conquistó su corazón. ¿Quisiera por favor acercarse al piano?

Por supuesto.

Quisiera que toque las primeras notas en las teclas.

Tomó mi mano y junto a la suya. Pero…¿Y esas manos a quien me hacía recordar?

De repente con una voz, casi un susurro me dijo : “Cuando te vi por primera vez, tu rostro tan bello, me lo llevé conmigo y no dejé de pensar en ti”.

¡Señorita una limosna por el amor de Dios!

Inmediatamente exclamé :¡ Rubén! No, Cross, Rubén. ¡Es el mismo! Pero no era ese su nombre, me mintió. Era Kross el gran pianista vienés. Recién lo había descubierto.

Y escuchó la voz de Horacio…

¡Stephany! ¿Dónde has estado?

-Me fui a la toilette a arreglarme. No necesitas, tu siempre estás hermosa.

-Mañana debo regresar a mi país, tengo asuntos pendientes, no puedo quedarme más días.

Transcurrieron los días, mi cabeza estuvo pensando en esa noche, tan inesperada y confusa, y yo tenía novio. Y ese hombre para mi era un desconocido.

Llegó el domingo, y a la salida, casi corriendo, fui a la casa del mendigo. Claro, que era Rubén o Kross, ya no me importaba. ¡Miré el mantel, que tapaba el mueble y era un piano! Aunque ya con años, marrón con las huellas del tiempo.

Me quedé impaciente y dolida, seguro allí se refugiaba tocando en las noches, como su única compañía.

Al día siguiente publicaron en un periódico : El notable pianista Kross, vuelve a hacernos deleitar con sus interpretaciones, piezas de notables compositores. Estaba en Viena su tierra.

¡ Que me pasaba! Quería volver a verlo. Lo extrañaba. Oh no, que locura la mía, pero era cierto.

-Mamá iré a Viena, 3 días para escuchar al pianista Kross. Sabes me gustó muchísimo.

-Esta bien, cuídate mucho.

¡Viena te encontré más bella que nunca, me llamaste y aquí estoy!

Tu música se escucha, con el pasar del tiempo y las melodías traspasan el cristal.

Kross, ingresó con smoking negro elegantísimo. Tocó maravilloso. El público oyente, al terminar se levantaron para ovacionarlo. Y me atreví a ir a su camerino. Estaba nerviosa. ¿ Como sería nuestro encuentro? Para el sería una sorpresa. Dicen que era muy coqueto. Tenía a todas las muchachas a su alrededor, pero el se resistía. Su pasión era el piano.

Encontré la puerta entreabierta y vi a Kross abrazando a una bella muchacha. Pero …¿Por qué me engañó? Si me dijo que me quería. Fue un mentiroso, y yo incrédula me había enamorado.

Salí del hotel, y regresé a San Diego.

Stephany te ha estado llamando Horacio. Sabes, que ya falta poco para tu boda.

-No mamá terminé con el.

-¿Pero qué dices? Me sorprendes.

-Es que comprendí, que el tenía otras aspiraciones y proyectos. No iba a funcionar.

-¿ Lo has pensado bien?

-Si mamá.

-Entonces, a seguir adelante. Tú trabajo te espera, te vas a sentir mejor.

La vida me ha hecho ver nuevos horizontes, que a tiempo descubrí, que el amor, es a veces adverso, inconstante e inmaduro, sobre todo sorpresivo, que no es lo que tu esperabas, porque el amor es entrega absoluta. Y querer hasta que duela.

Pasaría ya un año y retornaba al país el gran pianista Kross. Sólo dos funciones de gala. Verlo otra vez, pero no iría.¿ Pero, por qué no? Si no fue nada mío.

¡Pero tocaba tan maravilloso!

Al día siguiente, fui inmediatamente a comprar mi entrada. Se que se agotarían muy rápido. Ya habían colocado su fotografía. ¡Como siempre tan guapo!

Me puse un bello traje, estaba nerviosa. El lugar era perfecto la segunda fila. Empezaron los aplausos e ingresó Kross, serio y esa mirada inconfundible y penetrante.

Sus piezas una tras otra, y en un momento giró su cabeza y me vio.

Señores : Quiero dedicarle esta pieza : “ Clarinete de amor”, a una bella dama que amé con todas las fuerzas de mi corazón.

Los oyentes se miraron y sonaron los aplausos.

Yo solo bajé la cabeza, y unas pequeñas lágrimas cayeron de mis ojos, sobre mi traje.

Terminó la función y salí apresurada a tomar un taxi. Oí gritar mi nombre, pero no hice caso.

¡Kross llamó a otro taxi!¡ Persiga al taxi que va delante, le daré 100 dólares si lo alcanza.

Mamá, la función estuvo esplendida como siempre.

¿ Y que pasó con tus ojos?

Es que lloré, me emocioné mucho.

¿Pero espera quien está tocando la puerta?

Preguntando la empleada…¿ Quien es?

Mientras Stephany le decía a su mamá que no abran la puerta.

Pero siguió tocando y le conté todo a mi mamá. Como siempre ella, dándome la razón.

¡ Pobre hija mía!

Y sonó el teléfono.

Contéstale, será mejor y así no volverá a molestar.

Si Kross.¿ Que quieres? Estoy ocupada.

Solo quería despedirme de ti. Ya no regresaré.

Está bien mañana nos encontraremos en el café de la esquina.

Llego puntual, eran las 4pm en punto.

¿ Como estás?

Muy bien ¿ Y tu?

De concierto en concierto. ¿ Y Horacio?

No está.

¿ Como está de viaje?

No lo sé.

¿ Pero como si es tu esposo?

¡Es que no me casé!

Sus ojos brillaron y una sonrisa con una alegría, que desbordaba todo su ser.

Soy el hombre más dichoso de la tierra.

¿Pero por qué?

¡Pero si tu sabes, que te amo tanto!

¿ Estas loco? Si tu tienes novia, me haces daño, fui ingenua y te creí.

¿ De que me hablas?

Si cuando te fui a ver a Viena, en el camerino estabas abrazando a una muchacha.

¿Estuviste y como no me lo dijiste?

Pero mira, te lo digo o no te lo digo… Ja, ja, ja.

¿ Y encima te ríes? ¡Que sádico eres!

Ja, ja, ja.

¡Pero por favor basta de reírte, o me voy!

Claro. ¿Sabes quien es esa muchacha? Es mi hermana. ¡Ahora si ven, porque te voy a llenar de besos!¡ Sabes que te quiero!¿ Y tu?

¡No sabes como me hiciste sufrir!. ¡Yo también te quiero, mi adorado mendigo!

Mañana, estoy viajando a New York solo por dos días.

¿ Dos días? Se me harán muy largos.

Te llamaré día y noche.¡ No nos volveremos a separar!

New York lo recibió con todos los honores. ¡Le declararon personaje ilustre!

Al regreso Stephany lo esperaba en el aeropuerto.

Lleno de gente, la vio, se fue dando pasos agigantados, ya la quería tener entre sus brazos, y la besó tantas veces.

Empezaron los flash de los fotógrafos.

¿ Y ahora que pasará?

Que tomen las fotos que quieran. ¿ Acaso no eres mi novia? Delante de este público, te declaro mi amor eterno.¿ Stephany quieres ser mi esposa?

¡Kross, si es lo que más deseo y quererte para toda la vida!

¡Aplausos y flashes!

Por supuesto al día siguiente, estaban las portadas de los periódicos del flamante pianista y su bella novia.

¡El matrimonio sería en privado, ellos lo querían sólo para ellos!

¡Y así termina la historia del gran pianista, que alguna vez fue un mendigo!

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