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¿Tu empleo te está matando?


El estrés es una de las principales causas de ausentismo laboral. El insomnio, la ansiedad, los dolores de cabeza, de estómago, ataques de pánico, agotamiento, irritación y hasta depresión, relacionados con un trabajo estresante van en aumento.

Los expertos dicen que, una dosis determinada de estrés tampoco es tan malo, al segregar adrenalina y cortisol, nos mantenemos más alertas y activos; sin embargo, una vida laboral con una presión constante durante periodos muy extendidos, está comprobado que puede llevar a la persona a situaciones de salud aún más complicadas, donde se disminuye nuestro sistema inmunológico y se incrementan los niveles de azúcar en sangre, pudiendo provocar a la larga hasta enfermedades cardíacas como un ataque al corazón.

Seguramente pensarás, -¿sí?, ¿Y qué, dejo el trabajo? ¡Por supuesto que no!, pero si estás en esta situación, “de ya” es necesario que busques alternativas.

La manera en que cada uno logra relajarse, calmar la ansiedad o ayudarse con el agotamiento, es una cuestión muy personal. Puede ser haciendo ejercicio, leyendo, viendo televisión, pasando tiempo en familia, durmiendo más, meditando, etc…, lo realmente difícil no es encontrar qué hacer, sino el tiempo para hacerlo. Por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es cambiar la forma en que trabajas, para de esta manera reducir los efectos dañinos en tu cuerpo por la presión laboral.

No cabe duda que, aunque tú pudieras hablar con tu jefe y explicarle el nivel de ansiedad que tienes, eres tú y solo tú la responsable de cuidar su salud.

Algunas sugerencias que, por sencillas que sean, pueden ayudar a disminuir los niveles de tensión:

  • El hecho de poner orden en tu lugar de trabajo, te da la sensación de tener el control.

  • Parte de que tu vida laboral sea tan estresada, puede ser originado por la carga de trabajo que tienes y que esto te mantenga tensa al saber que son muchos tus pendientes y tener la sensación de que no avanzas. Esto puede provocar también que sea difícil concentrarte . Una buena opción es empezar por lo que te resulte más difícil o desagradable, si te deshaces de eso por la mañana, el resto del día será menos estresante.

  • Darse un tiempo para hacer una lista de los pendientes y aprender a priorizar o a delegar, resulta muy beneficioso.

  • Mucha gente se queda trabajando fuera de las horas establecidas pensando que será bien visto por sus superiores y el resto del equipo porque “trabaja mucho”, y no hay cosa más lejana a la realidad, salvo contadas excepciones, las jornadas largas generan tal desgaste que la gente se vuelve muy poco productiva; están tan cansados que su rendimiento sería mayor si trabajaran solo las horas habituales. Por lo tanto, trabaja menos y enfócate, concéntrate y produce más.

  • Parece increíble que exista gente que deje pasar el tiempo sin hacer uso del derecho de tomar vacaciones. Más vale tomarlas por gusto, que obligatorias por temas de salud. Este cambio de rutina, te dará un buen descanso tanto física como mentalmente.

Busca siempre tener un adecuado equilibrio tanto personal como laboral.

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