4 razones fundamentales para que tu esposa sea tu prioridad antes que tus hijos

Traducido y adaptado por Myrna del Carmen Flores de "4 key reasons why it matters to put your spouse before your children" de Gary and Joy Lundberg.

Hay razones importantes por las cuales tu esposa debe ser tu prioridad, incluso antes que tus hijos. No significa que no los ames; significa que los amas lo suficiente para mantener tus prioridades en el orden correcto.

Hay un orden natural en el matrimonio. Empieza con dos personas que se enamoran, que consideran que, uno para el otro, son las personas más importantes en el mundo. Conforme los niños llegan, necesitan ser amados, pero no más que tu cónyuge. Luego, cuando ellos crecen y se van, vuelven a ser solo dos personas. Sigue leyendo y descubrirás cuatro razones fundamentales por las cuales tu esposa debe ser siempre tu prioridad, por encima de tus hijos.

1. Tus hijos necesitan saber cómo funciona un matrimonio Si bajas a tu esposa en la lista de tus prioridades, tus hijos creerán que el matrimonio no es tan importante. Por otro lado, si ven que honras a tu cónyuge dándole el primer lugar, ellos sentirán un amor y seguridad que no pueden obtener de ninguna otra forma.

Una joven compartió la siguiente experiencia, dijo: "Cuando era pequeña, le preguntaba a mamá a quién amaba más, a mí o a mi papá; ella siempre decía: A papá". Le preguntaba a él lo mismo, y respondía: "A mamá". Por supuesto que sabía que me amaban, pero siempre me sentía un poco decepcionada de que ellos dijeran que no me amaban más a mí. Unos años después, les pregunté de nuevo y la respuesta que me dieron me puso en primer lugar, al fin. Ellos dijeron que me amaban más a mí. Lo gracioso es que no se sintió bien, después de todo. No fue la sensación que yo esperaba. Era mejor cuando decían que se amaban más el uno al otro. Unos años después, se divorciaron". Ella agregó: "Necesitaban seguir amándose uno al otro más que a nadie, entonces, tendría a mamá y a papá juntos. Es triste".

Unos gemelos que asisten a la universidad estaban aconsejando a su hermana pequeña acerca de lo que debería buscar en un futuro esposo. Ellos escribieron: "Esta noche, cuando papá llegue del trabajo o de sus juntas, escucha lo primero que dirá al entrar a la casa: '¿Dónde está mi bella esposa?' Entonces, observa cómo busca en la casa para encontrarla, solo para poder besarla, para hacerle saber que la ama. Fíjate cómo empezará a ayudarla con lo que pueda de inmediato, y cómo hace que todos se sientan importantes cuando te pregunta sobre tu día".

Poner a tu cónyuge en primer lugar no demerita el amor que tus hijos reciben de ti, sino que lo mejora conforme les demuestres que sientes amor por ellos también.

2. Crea un sentimiento de romanticismo en tu matrimonio Sabes desde el principio que le importas a tu cónyuge y eso es romántico. ¿Qué tan abierto estás tú a responder al amor y afecto cuando sientes que eres la persona más importante en el mundo de tu pareja? Mantener el romance vivo en un matrimonio es crucial. Y esto no se refiere solo a hacer el amor, se trata de dar amor cada día, con pequeños actos que le muestran a tu cónyuge todo lo que significa para ti. Una esposa infeliz nos comentó que su esposo primero llenaba las necesidades de todos, y de forma rara la notaba a ella.

¿Hay veces que un hijo necesita estar en primer lugar? Por supuesto que sí, pero no de forma continua, ni a expensas de tu cónyuge. Cuando a un padre de tres jóvenes se le preguntó si él todavía tenía en el primer lugar de prioridad a su esposa, por encima de sí mismo, dijo: "Ni siquiera estoy yo en la lista". No estaba bromeando. Los cónyuges ocupados siempre tienen que encontrar tiempo para mostrarle a sus parejas lo importante que son para ellas, incluso cuando para lograrlo cada uno de ellos deba sacrificarse un poco a sí mismo.

3. Los hijos que siempre están en primer lugar, se vuelven egocéntricos Cuando son prácticamente idolatrados por los padres, los hijos salen al mundo con una idea irreal, que les indica que se merecen todo. En un artículo de la doctora Danielle Teller, titulado La manera en que los padres estadounidenses están matando el matrimonio estadounidense, ella indica que: "Los niños que son criados creyendo que son el centro del universo, la pasan muy mal cunado su estatus especial se erosiona conforme se aproximan a la edad adulta. Lo más problemático de todo es que las parejas que viven de una manera donde el centro de atención son los hijos, pueden perder contacto el uno con el otro cuando los hijos se van… ¿Es sorprendente que la taza de divorcios se esté incrementando de forma rápida, en los matrimonios que padecen el síndrome del nido vacío?".

4. Ayuda a que todo lo demás en tu vida salga mejor Cuando tu matrimonio está bien, mejora cada parte de tu vida. Si tienes que pasar tiempo preocupándote por tu matrimonio, esto afectará en tu productividad en el trabajo, por ejemplo. Aún más importante: si pasas tiempo preocupándote sobre tus problemas maritales, tienes menos tiempo para dedicárselo a tus hijos. Solo hay poco tiempo y espacio en tu vida, así que mantener un matrimonio fuerte abre vías para que tu relación con tus hijos florezca. Mantener a tu esposa en el lugar número uno, es lo que ayuda a que esto suceda.

Cuando un divorcio y un nuevo matrimonio entran en escena, todo puede complicarse. ¿Dónde encajan los hijos del primer matrimonio? La nueva esposa merece tener el primer lugar, pero eso no significa que los hijos de un matrimonio previo sean apartados. Los hijos del divorcio pueden sentirse excluidos o poco amados, a veces. Están lastimados, necesitan que el amor que sus padres sienten por ellos prospere.

Si eres un padrastro (la palabra no deja de ser un poco desagradable en español; en inglés se acuña ahora una manera más amable de llamarles: bonus parents), entonces necesitas estar dispuesto a darle la bienvenida a tu vida a los hijos de tu pareja actual y permitirle tener tiempo para disfrutar con sus hijos. Traerlos a una familia amorosa donde puedan ver que el matrimonio actual es feliz y fuerte, les dará un sentimiento de seguridad que tal vez ellos sentían que habían perdido.