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¿Por qué nos cuesta tanto el cambio?


Tiene que ver con la estabilidad Los seres humanos buscamos estabilidad, es decir, queremos que las cosas sean lo más sencillas y fáciles posibles. Es el motivo por el que tratamos de tener ciertas costumbres fijas y estables. El cambio es de todo menos estabilidad, y por eso cuando tenemos que cambiar o nos sentimos obligados a hacerlo, sentimos un rechazo a este, porque el cambio nos invita a desestabilizarnos durante unos instantes (que pueden ser días, meses y a veces… años).

Tiene que ver con la identidad Nos cuesta tanto cambiar porque pensamos que al cambiar estamos dejando de ser una parte de nosotros. Asociamos cambio a pérdida de identidad, creemos que nada volverá a ser igual. Aunque el cambio que se nos plantea no tenga que ver demasiado con nuestra identidad, lo cierto es que todos hemos construido una identidad gracias a nuestro entorno y tareas actuales y dejar de hacerlas es percibido como dejar de ser quienes somos. En realidad no es así, en realidad comos los mismos cuando cambiamos, pero haciendo cosas distintas.

Tiene que ver con el miedo Como cambiar da miedo, la solución en muchas ocasiones es el bloqueo. Por este motivo, lo fundamental cuando queremos adaptarnos mejor a los cambios es generar un sentimiento de confianza. Este sentimiento de confianza se puede crear de distintas formas, pero aquí van algunas de las cosas que puedes hacer para adaptarte mejor a los cambios: Empieza creyendo que es posible. Empezar con una mente abierta frente al cambio siempre será de ayuda, sé curioso, investiga, piensa ¿y por qué no?

Acepta el cambio. Negar que estamos en constante evolución y cambio no hará sino que las cosas empeoren o estallen frente a ti en cualquier momento. En la vida todo cambia, todo. Aunque no lo quieras vas a ver infinidad de cambios a tu alrededor, desde que naces hasta que mueres tu entorno está cambiado y evolucionando. La clave no es negarlo, es adaptarse. Empieza haciendo algo positivo. Quizás no seas el más fiel al cambio, y seguramente te dará algo de miedo cambiar (o de desgana), pero ¿qué te impide hacer algo?, ¿dar un pequeño paso?. Empezar a caminar aunque sea un poco en la dirección adecuada hará que puedas ver que el cambio no es tan difícil como piensas ni tan negativo.

Empieza a creer en ti. Si no crees en ti no podrás cambiar, te quedarás estancado y no evolucionarás ni personal ni profesionalmente ¿Quién eres tú para creer que no podrás conseguirlo?, ¿crees en ti mismo?. Genera un sentimiento de autoconfianza, empieza a creer que es posible, y pronto verás como ya no hay vuelta a atrás.

Acepta que el camino será difícil. Querer cambiar y pensar que todo va a ser un camino de rosas es un error. Cambiar es difícil y cuesta bastante (mucho), esto hace que sea necesario que te prepares para ello, que saques a la luz tu mejor versión, que seas capaz de desempolvar tu mejor actitud, de dar un paso adelante y de brillar con esa luz propia que en tantas ocasiones te ha hecho triunfar.

¡Que tengas muchos cambios!

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