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¡Échale galleta a tu relación, si no quieres que alguien más le meta una mordidota!


Es casi inevitable que con el paso del tiempo, la rutina diaria, el trabajo, los hijos, y más, la dinámica de la relación de pareja cambie. Atrás se quedaron las miradas sostenidas mientras platicabas con él, los besos prolongados y la pasión desenfrenada de varios días a la semana. Hoy se mira muy lejos esa emoción que te daba cuando después de trabajar de lunes a viernes, llegaba el fin de semana para salir juntos a divertirse o tirarse en la cama a ver televisión y apapacharse.

No todo está perdido, es cuestión de estar dispuesta a chambearle a tu relación, pero sobre todo en ti misma.

Cuando queremos conquistar a alguien trabajamos mucho para conseguirlo, le llamamos o mensajeamos con mucha frecuencia, somos atentos, tenemos lindos detalles, etc., de manera que conseguimos empezar una relación con esa persona. Si realmente nos interesa, continuamos comportándonos con todo nuestro lado de luz, a todo decimos que sí, nos desvivimos por dar, nos mostramos contentos, cordiales, etc. Peeero, una vez que se cree que la relación está segura, poco a poco vamos mostrando nuestro otro lado, el de la sombra, aquel que, sin ser necesariamente malo, refleja otras formas de ser, estados de ánimo, pensamientos, creencias, etc., que no habíamos dado a conocer ampliamente a nuestra pareja.

La realidad es que el trabajo es todavía más importante después de casarse, vivir juntos o después de pasado el tiempo. En la primera etapa, el enamoramiento nos alcanza para enaltecer los actos de la pareja y verlos como excepcionales; pero ya haciendo realmente vida juntos, el enamoramiento se convierte con el tiempo en una decisión diaria de seguir o no con esa persona.

¿A caso dejamos de necesitar sentirnos conectados, amados, escuchados?, ¡Claro que no! Lo que sucede es que nos envolvemos en nuestras labores cotidianas y en las múltiples responsabilidades de una vida adulta, pero eso no significa que si tenemos una vida de pareja satisfactoria, no nos sintamos más plenos y nos desarrollemos mejor en el resto de nuestras áreas de vida.

Hay quien dirá que lo más importante es que no falte techo, alimento y dinero, y es cierto, sin eso sería muy difícil que no comenzaran los problemas en la familia; sin embargo, es un hecho que cualquier dificultad que se presente, se le puede hacer frente de mucho mejor manera y con mejores resultados si hay una buena relación de pareja. Y las buenas relaciones se construyen día a día, no con regalos caros en fechas importantes, sino con las pequeñas muestras de cariño y de interés mutuo.

¡La chamba que hagas va en relación a la calidad y al tiempo que quieras que tu relación dure!.

Aquí unas ideas para trabajar en pareja:

Proponle a tu pareja una cita solos en casa. Dile que sólo necesitas de su disposición y que se presente bien perfumadito. Si tienes hijos, encárgalos con sus abuelos o tíos. Prepara una rica botana y una botella del vino preferido de ambos. Ambienta tu sala con luz tenue o velas creando un ambiente cómodo, puedes poner los cojines en el suelo y recargarse en el sofá. Ten listo 2 juegos de papel y pluma. Ponte ropa cómoda, pero abajo lencería bonita. Deja de lado enojos, rencores o aquello que le tengas guardadito. Arréglate, perfúmate, pero sobre todo, disponte a pasar un rato divertido y muy nutritivo con tu pareja.

Formula algunas de las siguientes preguntas que más creas pueden ayudar a mejorar tu relación. Dense unos minutos para ambos contéstenlas en sus respectivas hojas:

  1. Cuáles son las cosas más importantes en una relación para ti.

  2. Describe que significa confianza en su relación y qué la fortalece o la debilita.

  3. Cómo crees que se encuentra hoy tu relación (1-5 Muy bien- Muy mal)

  4. Qué crees que le hace falta.

  5. Qué crees honestamente que tú deberías cambiar.

  6. Menciona al menos 3 cosas que hacían antes juntos y que ya no hacen hoy.

  7. Describe un momento especial e inolvidable que hayan vivido juntos.

  8. Escribe algo que te gustaría tu pareja hiciera por ti.

  9. Propón al menos 3 ideas para hacer juntos, sólo en pareja.

  10. Recuérdale a tu pareja dónde y cómo te gusta que te acaricie.

Es hora de compartir punto por punto. Comenta con él, complementa, pero sobre todo, valida el sentimiento de tu pareja y pide lo mismo de su parte. Como cada uno se sienta está bien, somos seres únicos, con pensamientos y formas de ser únicas. No juzgues, no critiques, no intentes cambiar su opinión. Escucha, empatiza y ofrece propuestas en pro de mejorar la relación.

Disfruta mucho la convivencia, ¡lo que sigue lo dejo en tus manos!

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